La participación de importantes expositoras y una amplia audiencia marcaron la realización del Seminario organizado por la carrera de Pedagogía Básica y el Magíster en Didáctica del Lenguaje y la Literacidad de la Universidad Alberto Hurtado, el pasado jueves 08 de septiembre, en el marco del Proyecto Fondecyt 1200882.
El Seminario Aprender a Escribir y Escribir para Aprender a través del Lenguaje, congregó a más de 50 estudiantes y docentes quienes se reunieron a escuchar las reflexiones de las investigadoras Naymé Salas y Alejandra Meneses, respecto a la escritura y el rol docente en torno a la enseñanza de la misma. Las reflexiones surgen a partir de los resultados obtenidos por ambas académicas en sus investigaciones en España y Chile, respectivamente, en cuanto a la enseñanza de la escritura en aulas de educación básica.
La primera en exponer en el Seminario fue Naymé Salas, investigadora júnior en la Unidad de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad Autónoma de Barcelona. En la ocasión, Salas destacó la relevancia social de los y las docentes en el mundo actual, entendiendo que, para vivir una vida plena, es necesario en primer lugar garantizar igualdad de oportunidades para todos y todas, “y la educación es la herramienta más poderosa que tenemos hoy para igualar estas condiciones” en niños, niñas y jóvenes.
En este sentido, Salas destacó la importancia de que las y los docentes estén altamente formados y en capacitación constante, de manera de poder aplicar prácticas docentes que cuenten con evidencia investigativa respecto a su efectividad. De esta forma, presentó lo que para ella son tres buenas prácticas de escritura que están respaldadas por evidencia científica respecto a su eficacia:
1) Enseñar procesos de escritura. La evidencia ha demostrado que la adquisición y aplicación del proceso de escritura es lo que genera un mayor impacto en la calidad de los textos. Por ejemplo, enseñar a planificar los textos y utilizar organizadores gráficos, el verbalizar el proceso de escritura y el modelamiento de la misma, entre otras estrategias, serían de gran utilidad para el estudiantado.
2) Escribir con una situación comunicativa concreta. Que la escritura escolar adquiera un sentido real, que tenga una utilidad dentro del mundo de las y los estudiantes, facilitaría la comprensión de sus funciones sociales, dejando de ser una simple tarea escolar.
3) Focalización. Como docentes es importante comprender que debido a los múltiples aspectos que influyen en la escritura (coherencia, cohesión, caligrafía, ortografía, planificación, edición, géneros discursivos, etc.) no se pueden trabajar ni evaluar todos a la vez. Por ello, se sugiere focalizar cada tarea de escritura desde un determinado aspecto y evaluarlo en coherencia con ello.
En segundo lugar, Alejandra Meneses, profesora del Departamento de Didáctica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, presentó parte de los resultados del análisis secundario de los datos recogidos en torno al Proyecto Fondecyt 1200882, que buscaba desarrollar la enseñanza de la escritura en torno a las ciencias. El proyecto buscaba que niños y niñas de cuarto básico aprendieran ciencias mediante la escritura, pero más que contenidos, prácticas científicas, razón por la cual de acuerdo a Meneses se escogió el género explicaciones científicas.
Mediante la realización de dos procesos de escritura se pudo ver una mejora significativa en las habilidades de las y los estudiantes en cuanto a la calidad de las explicaciones que entregaban, especialmente a lo referido a la utilización de lenguaje específico. Como efecto secundario de la intervención Meneses destacó lo ya planteado por Salas, al explicar que prácticas como esta permiten no sólo mejorar los resultados de escritura de las y los estudiantes, sino que impactar en las prácticas docentes al hacerlas más efectivas.
Ver seminario completo: